miércoles, 1 de febrero de 2023

FERNANDO CUETO AMIEVA: DE LOS CAMAREROS EJEMPLARES

Mis personajes favoritos (Nº 313).

Fernando nació en 1963 en el histórico Hospital Municipal de Llanes, del que se ocupaban tan eficazmente las monjas junto a la carretera de Pancar, pero es de Pendueles, de pura cepa. De esta localidad eran sus padres, Fernando Cueto Sainz, modesto labrador, y Angelita Amieva Quintana, que estuvo empleada toda la vida en la mansión del conde del Valle de Pendueles, José Suárez Guanes. A los cincuenta y pico de años, fallecerían los dos. A Fernando, hijo único, le tocó defenderse solo en la vida. Tenía dieciocho años. Hasta ese momento había estudiado en Llanes (en el Instituto y en Maestría), pero sin concluir sus estudios.
De criuco, ya había servido alguna vez la mesa, ocasionalmente, en casa del conde, con motivo de la estancia allí de Miguel Ángel García Lomas, alcalde de Madrid, pero sería a los 14 cuando empezaría a ganarse la vida como camarero. Entró en el restaurante La Marina, en 1979, a las órdenes de Tomás Amieva Goti y de la esposa de éste, Pacita, que fueron muy buenos para él. La Marina era el centro neurálgico del buen turismo de aquel Llanes idílico, fraternal y sin masificar, tan benditamente distinto al actual. Allí se formaban tertulias de nivel, con sidra, cánticos y el mejor pescado del Cantábrico. Eran los años en que llegaban de gira al Cinemar las compañías teatrales de Madrid durante la temporada estival. Buenos momentos pasaron en el restaurante de Tomás primeras figuras de la escena, como Juanjo Menéndez y Mary Paz Pondal.
Luego, Fernando Cueto serviría bodas en el Gran Hotel del Sella, en Ribadesella, junto a Pepe “el Zapateru”, camarero icónico e imprescindible en todos los banquetes nupciales de la época.
A los 16, entró en Casa Junco, en el Peral, contratado por Luis Junco y Carmen Lamadrid, y hasta ahora. Actualmente está en El Pindal, la casa de las corbatas, en Unquera, que pertenece a la misma empresa. Siempre muy bien considerado por sus jefes.
En 1986, a los 22 años, se casó con María Jesús Parcero Martínez, de la aldea de Andinas (Ribadedeva), a la que había conocido en Casa Junco, donde también trabajaba ella. El matrimonio tiene dos hijos: Fernando y Pablo, que estudiaron en Madrid. El mayor está en la capital de España, como profesional en el sector de la industria musical, y Pablo, que fue periodista en la TPA, pertenece al Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (SERIDA) del Principado de Asturias.


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