Nació, vivió y murió en Pancar. Era modista, oficio que heredó de su madre y que ejerció con maestría. Ángeles Haces, a la que llamábamos todos cariñosamente “Pi”, fue, tal vez, la más cualificada maestra en el arte de repicar los pañuelos de aldeana. Durante cuarenta y un años, en los días de las grandes fiestas de Llanes, desde las 6 o las 7 de la mañana, hacían cola a la puerta de su casa muchas jóvenes, esperando turno para que ella les colocara el pañuelo. Era todo un ritual, que se repetía rigurosamente, año tras año, ante aquella mujer soltera, respetadísima vestal del templo de las más puras tradiciones llaniscas.
En el documental de CIFESA “Romería asturiana”, dirigido por Justo de la Cueva en 1941 y dedicado a la fiesta de San Roque, aparece Pi entre las mozas que bailan el Pericote en la plaza de Parres Sobrino de Llanes, con Manolo Rivas a la gaita y Ramón Sobrino Pérez (el legendario Nino de Pancar) como bailarín más gallasperu.
Ángeles Haces, Pi, era la única llanisca que poseía el título oficial (vamos a llamarlo así) de maestra en el arte del repicado de pañuelos de aldeana. Era un diploma que tenía enmarcado en casa, firmado en los años 60 del pasado siglo por el entonces ministro de Información y Turismo Manuel Fraga Iribarne, en reconocimiento a su labor en pro de conservar las esencias típicas de la identidad de un concejo.
Impartió nueve talleres consecutivos de Repicado de pañuelos de aldeana, organizados por la Casa Municipal de Cultura de Llanes, desde 1991 hasta 1999, en los que participaron más de cien mujeres de distintas edades.
Había que ver lo contenta que bajaba Pi, andando solina desde Pancar, puntualmente a dar las clases… Como una mozuca de cerca de ochenta años, ilusionada y vital, todas y cada una de aquellas tardes.
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