domingo, 5 de abril de 2020

JUAN ISIDRO GARCÍA NORIEGA: EL PAISANAJE QUE NOS PRESTA

Mis personajes favoritos (Nº 246).
Con su pitillu en los labios, su media sonrisa y su caminar pausado, el aparejador Juan Isidro García Noriega (Llanes, 1951) prácticamente no se hacía notar. Iba ensimismau a sus pacíficas rutinas y te devolvía gentilmente el saludu en la calle, pero con cuidau exaquisitu de no ocupar espaciu, de tener la visibilidad justa, de preservar su imposible anonimatu.
Juan Isidro era un buen vecinu y se sentía apreciáu (él y la su familia) por todos los llaniscos. No era de muchas palabras, pero lo que decía no tenía desperdiciu. No había paja en su discursu, ni tópicos, sino mesuradas opiniones, lacónicas, sin rollu, dichas siempre con racionalidad y sentidu del humor.
En el restaurante Uría (onde lu hice la foto) intercambiábamos alguna vez opiniones y chácharas que no nos llevaban más d' un cuartu de hora. Hablábamos del Llanes de antes, de su tíu Chucho García Fernández Llerandi, que había sidu profesor de Formación del Espíritu Nacional en el Instituto, y de sus tías, hermanas de Jesús (una de las cuales, María Luisa, todavía está entre nosotros), clientas habituales de la tiendina de comestibles La Pilarica, de mi madre, Pilar Pérez Bernot.
Era el medianu de tres hermanos: José Antonio, ya fallecidu, y Luis Fernando, maridu de María Pilar San Román. Casáu con Nieves Herrera Alonso, el matrimoniu tenía dos jiyos: Carlos Francisco y Ana.
Juan Isidro era una fuente de información de primera, de las mejores que unu podía echase a la cara. Al igual que su hermanu mayor, me pasó, en su momentu, valiosa documentación sobre la fábrica de conservas y salazones “La improvisada asturiana”, que había fundáu al principiu de los años 20 el su güelu Francisco García Llerandi en el Barriu. 
Ya estaba jubiláu, pero lu veíamos menos. Sabíamos que padecía una grave dolencia, y hoy nos enteramos de que falleció ayer, a los sesenta y nueve años.

1 comentario:

Gelo Gancedo dijo...

Buen amigu y vecino. Jugamos mucho de crios en San Antón . Siento una gran pena por su fallecimiento, pero le querré siempre.