Mis personajes favoritos (Nº 241).
A Juanín i-llaman “el Marineru”, igual que se lo llamaban al su padre, porque unu de sus ancestros, Apolinar Sánchez (güelu d’ una güela suya) sirvió a la patria en la Marina, en Santoña.
Juan González Sordo nació en 1951 en Balmori, concretamente nel barriu de Perpiniella, que ahora tá vacíu. Ahí tien él la cuadra.
É jiyu de Juan González Sánchez y d’ Amelia Sordo Pérez, los dos de Balmori. El padre era carreteru y labrador. Con la pareja de bueyes (gües), iba d´un sitiu a otru transportando madera y carros de hierba, y también pa cuchar y arar. Pasaba inviernos en Los Callejos y en Parres, hospedáu en el “Chispún”. Los sábados, a la noche, iba a Balmori (sólu esi día), y el domingo por la mañana iba de vuelta a Los Callejos pa cebar a su hora a los bueyes, como Dios manda.
Por parte de padre, los güelos de Juanín fueron Ramón González Cueto, del Molinu de Nueva, y d’ Amelia Sánchez Pesquera, de Balmori. Y por parte de la madre, el güelu fue Santos Sordo Robledo, de La Torre, y la güela, Dolores Pérez Lledías, de Balmori.
Juanín tien una hermana, Conchita, un añu mayor que él, casada con Julián Herrero Barrientos.
De críu, de los tres a los doce años, fue alumnu en su pueblu natal al colegiu de las monjas (onde coincidiría con Juan Antonio González Blanco, presidente de la Junta Vecinal de Balmori y decanu entre los alcaldes de barriu del Conceju). Luego, durante dos años, estudió en la escuela pública, onde i-tocó de maestra a Carmen Pérez Noriega, también de Balmori, de la que tien muy buen recuerdu, y allí sacó el certificau d’ estudios primarios. Algunas tardes (muchas tardes, seguramente) no iba a la escuela, porque tenía que ayudar en casa.
Empezó a trabajar a los catorce años. Ya en la escuela, taba deseando poder ir a segar.
No se casó. Tá entregáu a la rutina, a su tranquila monotonía traída y llevada cada día al pasu de los sus gües. “Nací entre ellos y los tengo en el corazón”. El su trabaju siempre giró en tornu a la ganadería. É l' únicu paisanu por aquí que se dedica con los bueyes a jacer labores de transporte y a colaborar con ellos en la vistosidá de fiestas populares, como la del mercáu de Porrúa (de onde lu llaman desde’ l principiu), Arriondas, Caviedes (en Cantabria), Nieda, Benia de Onís, Lledías, la cabalgata d’ Infiestu...
También el su padre, Juan, participaba cada añu en la hoguera de Balmori, trayéndola nel su carru.
Juanín paga un seguru por los gües, por si pasa algo. Los animales los tien capaos, y así no dan problemas. “Ven una vaca, y como si nada. Están a lo suyu”, diz él, que empezó a cerner con ellos por las fiestas en 1974, cuando vino de la mili.
Los gües suyos saben andar entre la gente y “están de ir al tiru”. Forman parte del paisaje llaniscu. “Gallardo” y “Artillero” son los nombres de la pareja que tien ahora.
Juan González Sordo nació en 1951 en Balmori, concretamente nel barriu de Perpiniella, que ahora tá vacíu. Ahí tien él la cuadra.
É jiyu de Juan González Sánchez y d’ Amelia Sordo Pérez, los dos de Balmori. El padre era carreteru y labrador. Con la pareja de bueyes (gües), iba d´un sitiu a otru transportando madera y carros de hierba, y también pa cuchar y arar. Pasaba inviernos en Los Callejos y en Parres, hospedáu en el “Chispún”. Los sábados, a la noche, iba a Balmori (sólu esi día), y el domingo por la mañana iba de vuelta a Los Callejos pa cebar a su hora a los bueyes, como Dios manda.
Por parte de padre, los güelos de Juanín fueron Ramón González Cueto, del Molinu de Nueva, y d’ Amelia Sánchez Pesquera, de Balmori. Y por parte de la madre, el güelu fue Santos Sordo Robledo, de La Torre, y la güela, Dolores Pérez Lledías, de Balmori.
Juanín tien una hermana, Conchita, un añu mayor que él, casada con Julián Herrero Barrientos.
De críu, de los tres a los doce años, fue alumnu en su pueblu natal al colegiu de las monjas (onde coincidiría con Juan Antonio González Blanco, presidente de la Junta Vecinal de Balmori y decanu entre los alcaldes de barriu del Conceju). Luego, durante dos años, estudió en la escuela pública, onde i-tocó de maestra a Carmen Pérez Noriega, también de Balmori, de la que tien muy buen recuerdu, y allí sacó el certificau d’ estudios primarios. Algunas tardes (muchas tardes, seguramente) no iba a la escuela, porque tenía que ayudar en casa.
Empezó a trabajar a los catorce años. Ya en la escuela, taba deseando poder ir a segar.
No se casó. Tá entregáu a la rutina, a su tranquila monotonía traída y llevada cada día al pasu de los sus gües. “Nací entre ellos y los tengo en el corazón”. El su trabaju siempre giró en tornu a la ganadería. É l' únicu paisanu por aquí que se dedica con los bueyes a jacer labores de transporte y a colaborar con ellos en la vistosidá de fiestas populares, como la del mercáu de Porrúa (de onde lu llaman desde’ l principiu), Arriondas, Caviedes (en Cantabria), Nieda, Benia de Onís, Lledías, la cabalgata d’ Infiestu...
También el su padre, Juan, participaba cada añu en la hoguera de Balmori, trayéndola nel su carru.
Juanín paga un seguru por los gües, por si pasa algo. Los animales los tien capaos, y así no dan problemas. “Ven una vaca, y como si nada. Están a lo suyu”, diz él, que empezó a cerner con ellos por las fiestas en 1974, cuando vino de la mili.
Los gües suyos saben andar entre la gente y “están de ir al tiru”. Forman parte del paisaje llaniscu. “Gallardo” y “Artillero” son los nombres de la pareja que tien ahora.
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