martes, 17 de marzo de 2020

OCTAVIO RUIZ-CAPILLAS RODRÍGUEZ: UNA VIDA DE TIRALÍNEAS Y COMPASES

Mis personajes favoritos (Nº 242).
Con un Seat 600 cargáu hasta arriba, Octavio llegó a Llanes el 31 de julio de 1972 pa incorporase al claustru del Institutu como profesor de Dibuju en Maestría Industrial. Traía con él a bordu a la su mujer, María del Rosario Cagigas Fernández, natural de Villaverde de Pontones (Cantabria), a la cuñada, Mari Fe Cagigas Fernández, y al primer jiyu de su matrimoniu, Octavín, que apenas tenía un añu y mediu. Venían desde su anterior destinu como docente en Montilla (Córdoba). Más de 800 kilómetros de un tirón, con paradas en el caminu pa echar una cabezada y una visita a los sus padres en Torrelavega.
Octavio Ruiz-Capillas Rodríguez (Valencia, 1943) é de familia cántabra de pura cepa. Jiyu de Benjamín Ruiz-Capillas del Castillo, de Villacarriedo, y de Cándida Rodríguez Saiz, de Boo de Piélagos, es el quintu d’ ocho hermanos. El padre trabajaba en la SNIACE y tenía una autoescuela, y él pudo estudiar gracias a una beca en la Universidad Laboral “Onésimo Redondo” de Córdoba.
Estaría de profesor nel Institutu de Llanes treinta y un años. Muy queridu por todos sus alumnos, que é lo más grande que pué decise d' un profesor o d' un maestru escuela.
En los veranos iba a Torrelavega p’ ayudar a su padre en la autoescuela, y aquí tenía que practicar el pluriempléu, porque eran muchos en casa. Jacía con muchu gustu carteles publicitarios pa las vallas de los campos de fútbol del Urraca, del San Jorge de Nueva y del Club Deportivu Llanes, así como rótulos indicadores de direcciones a Pancar, a Ribadesella, a Oviedo y a Santander, colocaos en puntos estratégicos, como delante de la Mercería Empe, en frente del Casino, o en la esquina de la calle de la Estación, y también letreros de establecimientos hosteleros, como el de La Marina. Los pintaba sobre chapas de hierru galvanizáu que jacían los herreros de Pancar. (Hoy, por ciertu, dos de los sus jiyos siguen en ciertu modu estos pasos, como profesionales de la rótulación, el diseñu y las artes gráficas, en su empresa Rótulos RC).
También trabajó como monitor en las autoescuelas de Llanes (en la de Monchu y en la de Chucho).
El espíritu de Octavio é deportivu, alegre y polifacéticu. En 1961 participó en los XIII Juegos Nacionales Escolares, celebrados en Vallehermoso (Madrid), y en Llanes colaboraría en la organización de carreras de cross y jugaría al fútbol-sala hasta hace bien pocu. Pero también ocupa un lugar destacáu en su vida la música. Tocaba la armónica de joven y formó un tríu d’ esti instrumentu (“The Xander Boys”), con el que actuó en el Teatro Pereda de Santander, dentro del programa radiofónicu “La Caravana de la Alegría”, que dirigía el gran Federico Llata Carrera en Radio Cantabria (la voz que más escuchábamos en casa todos los llaniscos desde chicos) .
Octavio y María Rosario tienen tres jiyos: Octavio, Luis Arturo y Ricardo (excelentes deportistas y excelentes personas, como su padre), y cuatro nietos: Nara (de Ricardo), Néstor (de Luis Arturo) y Uriel y Asur (de Octavio).

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