miércoles, 20 de noviembre de 2019

SANTIAGO FERNÁNDEZ MOLPECERES, DE POO AL CIELO


Mis personajes favoritos (Nº 239).

Santiago (Olmedo, Valladolid, 3 de octubre de 1954) había labrado su destino hincando los codos entre libros de texto en horas nocturnas, desde crío: hizo el Bachillerato en los Dominicos de la Virgen del Camino, en León; el COU en el Instituto Zorrilla de Valladolid; y la carrera de Derecho en la prestigiosa Universidad pucelana. Siempre se le dio bien el estudio, el fútbol y el balonmano. Hijo de Jacinto Fernández Gamarra y de María Teresa Molpeceres Casado, olmedanos los dos y prototípicos labradores de Castilla la Vieja, era el cuarto de seis hermanos
A los 22 años, tras obtener brillantemente la licenciatura universitaria, marchó al servicio militar, que cumplió en el arma de Artillería, destinado en Sevilla y Córdoba.
Con la meta de convertirse en secretario de Ayuntamiento, y mientras preparaba las correspondientes oposiciones, Santiago se puso a trabajar en un bufete de abogados, para foguearse. Las aprobó a los 24 años de edad e inmediatamente completó su formación con un curso práctico de seis meses en Madrid, antes de incorporarse a su primer destino como secretario municipal, que sería Cádiz.
En la primavera de 1989, optaría al puesto de secretario municipal del Ayuntamiento llanisco, que estaba entonces sin cubrir. Lo consiguió también con toda brillantez.
Siempre fiel a su afán de perfeccionarse en su capacitación y preparación profesional, obtendría en la capital de España el Máster de Técnico Superior de Urbanismo, a instancias del Ministerio de Administraciones Públicas.
Estaba considerado como un experto incuestionable en bienes comunales.
Se había casado en 1980 en Ávila con la historiadora María Teresa Gómez Robledo, Tesuca, y el matrimonio tendría un hijo, Santiago Fernández Gómez, abogado y empresario.
Los tres viven en el paraíso de Poo desde 1995 y se sienten poícos de corazón.
Durante treinta años, desde 1989 hasta 2019, Santiago Fernández Molpeceres fue el secretario del Ayuntamiento de Llanes. Se jubiló antes de lo previsto, a causa de una grave enfermedad, que supo sobrellevar valientemente y con toda dignidad durante varios años.
Santiago se nos fue ayer, 20 de septiembre de 2022, a los 67 años de edad.
Siempre supimos que era un paradigma de buen funcionario. Desde el principio sentimos su lealtad y su compañerismo. Buena persona. Honrada y cabal. A todos cuantos hemos formado parte del organigrama municipal nos llena de orgullo haberle tenido con nosotros y haber podido disfrutar de sus sabios consejos y de su amistad. Fue todo un honor.
Nadie podrá borrar de los anales llaniscos su memoria.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y un gran aficionau a poner la mano

Anónimo dijo...

DEP

Anónimo dijo...

Bajo el anonimato se escribe lo que quieras, hay que da la cara siempre