Mis personajes favoritos (nº 100).
Los padres d’ Eugenio, que nació’ n Caldueñu en 1944, fueron Juan José Remis Gutiérrez, de Cortines, y Rosalina Meré Fernández, de Caldueñu y d’ origen cabraliegu. Él, tejeru desde los nueve años, y en inviernu dedicáu a la madera y a todo lo que podía. Ella, en casa, a sus labores y a las vacas.
El su padre, muy comprometidu con los ideales socialistas en los primeros años de Franco, se tiró al monte. No tuvo más remediu, al cabu d’ un tiempu, qu’ entregase. Lu llevaron presu al antiguu conventu de Celorio y a puntu estuvo de que lu fusilaran.
Eugenio tenía dos hermanos, mayores qu’ él: Ismael y Antonio, ya fallcidos los dos. Fue muy pocu a l’ escuela. Lo justu. Siempre había algo que jacer en casa, porque’ l su padre murió joven, a los 44 años.
Tuvo qu' ir tres temporadas a la tejera, de los 13 a los 17 años, con destinos como Los Corrales de Buelna, la Serna y Santa Cruz d’ Iguña, en Cantabria. Después, pa Francia. A Estrasburgo, onde estuvo cuatro años n' una fábrica de curtidos. Luego, de vuelta a España, n’ una compañía contratada pa la Ensidesa. Tareas de mantenimientu en Trasona y Soto de Ribera.
Después d’ eso vino p’ al puente de San Antolín, pa jacer la pista.
D' aquélla, se puso malu un hermanu, y Eugenio regresó a casa pa ocupase de las vacas y d’ otras tareas.
Luego entró a trabajar en una panadería. Toda la noche. Y luego compró una furgonetuca pa repartir él el pan.
Más tarde, adquirió un camión, pa recoger leche pa la Central Lechera Asturiana, hasta que se jubiló. Ahora Eugenio tá más anchu qu' un ocho, persiguiendo, como jizo siempre desde que tien usu de razón, l’ utopía socialista, desde cada día, en todos los detalles, de la mañana a la noche y con toda la su fuerza. A esti no lu acojonan nada ni nadie.
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El su padre, muy comprometidu con los ideales socialistas en los primeros años de Franco, se tiró al monte. No tuvo más remediu, al cabu d’ un tiempu, qu’ entregase. Lu llevaron presu al antiguu conventu de Celorio y a puntu estuvo de que lu fusilaran.
Eugenio tenía dos hermanos, mayores qu’ él: Ismael y Antonio, ya fallcidos los dos. Fue muy pocu a l’ escuela. Lo justu. Siempre había algo que jacer en casa, porque’ l su padre murió joven, a los 44 años.
Tuvo qu' ir tres temporadas a la tejera, de los 13 a los 17 años, con destinos como Los Corrales de Buelna, la Serna y Santa Cruz d’ Iguña, en Cantabria. Después, pa Francia. A Estrasburgo, onde estuvo cuatro años n' una fábrica de curtidos. Luego, de vuelta a España, n’ una compañía contratada pa la Ensidesa. Tareas de mantenimientu en Trasona y Soto de Ribera.
Después d’ eso vino p’ al puente de San Antolín, pa jacer la pista.
D' aquélla, se puso malu un hermanu, y Eugenio regresó a casa pa ocupase de las vacas y d’ otras tareas.
Luego entró a trabajar en una panadería. Toda la noche. Y luego compró una furgonetuca pa repartir él el pan.
Más tarde, adquirió un camión, pa recoger leche pa la Central Lechera Asturiana, hasta que se jubiló. Ahora Eugenio tá más anchu qu' un ocho, persiguiendo, como jizo siempre desde que tien usu de razón, l’ utopía socialista, desde cada día, en todos los detalles, de la mañana a la noche y con toda la su fuerza. A esti no lu acojonan nada ni nadie.
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Tá casáu con Estrella Bueno García, d’ Asiegu (Cabrales). El matimoniu tien cinco jiyos: Eugenio, Vítor, Juanjo, Francisco (casaos, respetivamente, con Cristina, de Los Carriles; Flor del Hoyo, del Mazucu; Paula, de Madrí; y Marta, de Celorio); y Pablo, solteru.
Eugenio y Estrella ya tienen cinco nietas: Cristina y Sara (jiyas de Vítor); Covadonga y Andrea (de Juanjo); y Alba (de Francisco).
Eugenio y Estrella ya tienen cinco nietas: Cristina y Sara (jiyas de Vítor); Covadonga y Andrea (de Juanjo); y Alba (de Francisco).
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