miércoles, 11 de mayo de 2016

VICENTE ARMAS GONZÁLEZ Y ANGELINES ZAMORA GONZÁLEZ, LOS DE LA CANTINA DE LA ESTACIÓN


Mis personajes favoritos (Nº 163).

Aquel 18 de julio, fiesta de Santa Marina, a Angelines Zamora González (Parres, 1935) la vistieron por primera vez d' aldeana. Tenía pocu más d' un añu. La su familia vivía en Parres, de onde era la madre, Covadonga González Romano. El padre, Joaquín Zamora Salamanca, que era' l chofer de don Bernardino, el más ricu de la localidá, estaba esi día pasáu de contentu, llevando en brazos a la cría, rubina y d’ ojos claros, de casa en casa, enseñándo-i-osla a todos los vecinos y presumiendo d' ella. De prontu, algo pasó: griteríu, apresuramientu y terminación repentina de la comida campestre. Alguien había dáu la noticia del estallidu de la Guerra Civil. Angelines guarda d’ aquello, aunque parezca increíble, un recuerdu imprecisu pero imborrable. Diz que i-quedó la sensación de ir como volando, viendo pasar ante ella a bastante velocidá árboles y un paisaje verde.
Después de la Guerra vivieron un tiempu en Madrí. La capital d' España conservaba tovía, en la posguerra, las huellas de la destrucción, y la gente -con familiares encarcelados el que más o el que menos- se mostraba enlutada y triste.
Venían en veranu. Un día, Angelines, que tenía entonces 14 años, estaba esperando en la esquina del Bar Palacios (onde tá hoy la oficina de Cajastur). Pasó de prontu por allí en bici Vicente Armas González (Llanes, 1926), cargáu de cubitos de hielu y caminu de la cantina de la Estación, que regentaban los sus padres. En cuantu la vio, a Vicente, que entonces tenía 22 años, i-salió del alma echá-i un piropu: “¡Guapa!”…, y ahí empezó un enamoramientu que sigue hoy tan perene, 67 años después. Luego vendrían las noches de julio y agosto en las que las mozas bajaban a pie a las verbenas de la villa con las sus madres al láu, como fieles escuderas. Cuando acababa' l xareu, sobre las 3 y picu de la madrugada, volvían a casa, siempre andando y siempre acompañadas de las sus madres, pero un pocu más enamoradas y más ilusionadas.
Angelines y Vicente se casaron en 1959, en Madrí, y regentaron luego la prestigiosa cantina de la Estación de Llanes durante 36 años. Tienen 3 jiyos y 5 nietos.
Al jubilase, Angelines se metió a cantar en l’ Agrupación Coral “Conceju de Llanes”, de la que fue presidenta. En cuantu a Vicente, jiyu del conocidu hosteleru José Armas Caso (natural de Cantabria) y d' Isabel González Llano (de la parte de Ribadesella), había sidu un destacáu fubolista. É l’ únicu jugador que queda del míticu equipu fundacional (añu 1949) del Clú Deportivu Llanes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Soy un maquinista de Feve.
Toda su familia, en aquellos años y en a Cantina de Feve, nos hicieron las delicias del buen comer y beber. Siempre con cariño y amistad.
No me he enterado de su muerte.
Espero que toda la familia y descendencia sean felices y sepan que Vicente y su , buena cocinera, y paciencia que siempre tuvo con los ferroviarios, se plasme en que viváis todos muchos años.
Vicente y Gelines, os queremos.