Mis personajes favoritos (Nº 117).
Cerca de la Rula, tenía Tonín Ruisánchez un establecimientu onde arreglaba motos y alquilaba bicicletas. Una tarde d’ agosto de 1987 i-alquilé una pa pedalear hasta Niembru a jacer una entrevista a Gustavo Bueno. Colaboraba yo entonces en la HOJA DEL LUNES de Oviedo, y cuando se publicó esi trabaju míu tuvo muchu eco. En las sus declaraciones, el filósofu s’ atrevió a llamar “cretino completo” a Lluis Xabel Álvarez, el maridu de Amelia Valcárcel, ¡y menuda se armó! Lluis Xabel i-puso (nos puso a todos los del periódicu) una querella criminal que trajo cola durante 3 años, aunque al final la cosa quedó en agua de borrajas.
(Cuento esto pa que quede bien claru que Tonín Ruisánchez tá unidu a la mi vida y a las mis circunstancias).
Sus padres, Benigno (ganaderu y tratante de ganáu) y Aurelia, los dos de Purón, tuvieron durante mediu siglu una carnicería en el Cotiellu, en una casa de Tano Rubín. La habían cogidu en traspasu en 1942 a Pepe el del Centro, que regentaba allí una frutería, y el aprendiz de carniceru que tenían era Vicente, el Segovianu.
Mecánicu de motos; ciclista; montañeru... A Tonín la afición al ciclismo le debió venir del su padre, que al principiu de tener la carnicería iba y venía en bici desde Purón todos los días.
Tonín empezó siendo ganaderu, como el su padre, en la finca familiar “La Huertona”, que tenían por Vidiago. Luego se puso en sociedá con Sotres, el de Pancar, comprando y vendiendo fincas (lo que les llevó durante un tiempu a Méjico), y más tarde abrió una inmobiliaria que funcionó muy bien en los buenos tiempos, y en la que trabajaba su hermana Mari Mar llevando la oficina.
Aparte de Mari Mar, que é la pequeña, Tonín tien una hermana, mayor que él, Guillermina, que fue la que se dedicó en cuerpu y alma a la carnicería durante 60 años. Guillermina se casó con Pepe Castro, un hombre entrañable que ya se nos fue.
Cuatro hijos tien Tonín: Benigno, Alejandro y Félix (estos dos, gemelos) y Juan, y una compañerina del alma que le da la vida. Pa todos ellos y pa todos nosotros, él é un ejemplu de fortaleza, d’ honradez, d´escalar y superar las dificultades. D’ echale gumarros a la vida y de saber contemplala desde las miras más altas.
(Cuento esto pa que quede bien claru que Tonín Ruisánchez tá unidu a la mi vida y a las mis circunstancias).
Sus padres, Benigno (ganaderu y tratante de ganáu) y Aurelia, los dos de Purón, tuvieron durante mediu siglu una carnicería en el Cotiellu, en una casa de Tano Rubín. La habían cogidu en traspasu en 1942 a Pepe el del Centro, que regentaba allí una frutería, y el aprendiz de carniceru que tenían era Vicente, el Segovianu.
Mecánicu de motos; ciclista; montañeru... A Tonín la afición al ciclismo le debió venir del su padre, que al principiu de tener la carnicería iba y venía en bici desde Purón todos los días.
Tonín empezó siendo ganaderu, como el su padre, en la finca familiar “La Huertona”, que tenían por Vidiago. Luego se puso en sociedá con Sotres, el de Pancar, comprando y vendiendo fincas (lo que les llevó durante un tiempu a Méjico), y más tarde abrió una inmobiliaria que funcionó muy bien en los buenos tiempos, y en la que trabajaba su hermana Mari Mar llevando la oficina.
Aparte de Mari Mar, que é la pequeña, Tonín tien una hermana, mayor que él, Guillermina, que fue la que se dedicó en cuerpu y alma a la carnicería durante 60 años. Guillermina se casó con Pepe Castro, un hombre entrañable que ya se nos fue.
Cuatro hijos tien Tonín: Benigno, Alejandro y Félix (estos dos, gemelos) y Juan, y una compañerina del alma que le da la vida. Pa todos ellos y pa todos nosotros, él é un ejemplu de fortaleza, d’ honradez, d´escalar y superar las dificultades. D’ echale gumarros a la vida y de saber contemplala desde las miras más altas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario