José María Ferre Bernabéu (Sax, Alicante, 1918) é llaniscu desde 1969, añu en el que se casó con Menchu López, una dama d' aquí. Los dos estaban serenamente viudos y destinaos a encontrase.
Con su presencia, esti hombre ilumina cada día nuestra vida cotidiana. E unu de los güelos esenciales que tien el Llanes del siglu XXI.
E un honor poder saludalu en la calle Mayor, al láu de la tiendina de comestibles de Pilar Pérez Bernot, la Pilarica, que él frecuentó durante muchos años, o en el Fuerte, o en la calle del Llegar. Velu caminu de la compra y volvélu a ver yendo pa casa cargáu con bolsas, tan guapamente y sin remangase. Con pasu firme. Con una sonrisa de verdá. Con la luz de la fe cristiana y de la alegría de la vida en los ojos, que se i-nota muchu.
A veces se-i ve dar explicaciones, prolijas y bien documentadas, a los turistas en la plaza de Santa Ana, jablándo-i-os del históricu Gremiu de Mareantes de San Nicolás, o sobre' l cascu medieval y la Casa de Rivero.
S' había aficionáu a la poesía en plena Guerra Civil, cuando era profesor de Comerciu y taba de taquígrafu al serviciu de rotativos del Frente Popular en Valencia. En mediu de los cañonazos supo jallar la prosa poética de Juan Ramón Jiménez.
Al términu de la contienda i-tocó trabajar en la Compañía Iberia (muchos años) y fue jefe de contabilidad de varias empresas norteamericanas radicadas en Madrid.
El 10 de octubre de 2013 fue un día muy importante pa él, pa su familia y pa todos nosotros. Esi día recitó por primera vez en públicu los poemas que llevaba escritos desde 1936. El actu tuvo lugar en la Casa de Cultura y lu acompañaron Rocío Noriega y José Antonio Anca (que leyeron algunos de sus trabajos) y el guitarrista Julián Tuero.
E un honor poder saludalu en la calle Mayor, al láu de la tiendina de comestibles de Pilar Pérez Bernot, la Pilarica, que él frecuentó durante muchos años, o en el Fuerte, o en la calle del Llegar. Velu caminu de la compra y volvélu a ver yendo pa casa cargáu con bolsas, tan guapamente y sin remangase. Con pasu firme. Con una sonrisa de verdá. Con la luz de la fe cristiana y de la alegría de la vida en los ojos, que se i-nota muchu.
A veces se-i ve dar explicaciones, prolijas y bien documentadas, a los turistas en la plaza de Santa Ana, jablándo-i-os del históricu Gremiu de Mareantes de San Nicolás, o sobre' l cascu medieval y la Casa de Rivero.
S' había aficionáu a la poesía en plena Guerra Civil, cuando era profesor de Comerciu y taba de taquígrafu al serviciu de rotativos del Frente Popular en Valencia. En mediu de los cañonazos supo jallar la prosa poética de Juan Ramón Jiménez.
Al términu de la contienda i-tocó trabajar en la Compañía Iberia (muchos años) y fue jefe de contabilidad de varias empresas norteamericanas radicadas en Madrid.
El 10 de octubre de 2013 fue un día muy importante pa él, pa su familia y pa todos nosotros. Esi día recitó por primera vez en públicu los poemas que llevaba escritos desde 1936. El actu tuvo lugar en la Casa de Cultura y lu acompañaron Rocío Noriega y José Antonio Anca (que leyeron algunos de sus trabajos) y el guitarrista Julián Tuero.
La su cabeza é privilegiada. Y de las sus podráimos decir lo mismu. É ágil como un mediapunta de la Premier.
L' otru día me diz: "Higinio: me acabo de encontrar con José Ramón (José Ramón Rodríguez Trespalacios, el del comerciu "El Siglo") y le he dicho: José Ramón, dentro de poco, el del siglo, lo voy a ser yo".
L' otru día me diz: "Higinio: me acabo de encontrar con José Ramón (José Ramón Rodríguez Trespalacios, el del comerciu "El Siglo") y le he dicho: José Ramón, dentro de poco, el del siglo, lo voy a ser yo".
Si Dios quier, José María cumplirá los cien años el próximu mes de diciembre de 2016.
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