miércoles, 1 de diciembre de 2021

RAMONA NORIEGA ROIZ: UNA VIDA BORDADA EN PANCAR


Mis personajes favoritos (Nº 302).

En Pancar, donde nació el 31 de agosto de 1927, Ramona Noriega Roiz ha vivido siempre muy feliz. Su padre, Emilio, que era de allí, respondía al perfil de un labrador que se defendía bien, con tierras y algo de ganado, e incluso tenía gente que trabajaba para él. Fue muy amigo del Mayorazu de Porrúa. Su madre, Anita Roiz, era de Soberrón, hija de Ramón Roiz, más conocido por el mote de “Pirpos”, conductor del carruaje con caballo que cumplía el servicio funerario en la zona de La Galguera a principios del siglo XX.
En la escuela pública de Pancar, Ramona tuvo buenas maestras: primero, Juanita Gavito, y luego, una más joven, llamada Sofía, de Buelna.
Dejó los estudios a los trece años, voluntariamente, y se puso a coser y bordar, oficio que fue aprendiendo junto a Fina, la de Rico, muy buena mujer. Recibían encargos de buenas casas de la villa y hacían hasta camisones y juegos de sábanas. Luego, años después, se puso por su cuenta.
Nunca le dio por confeccionar trajes de aldeana (actividad de fina artesanía que en Pancar contaba con una auténtica virtuosa: Lucía, la enanina). Lo que aprendió, eso sí, fue a poner el pañuelo en la cabeza, e incluso ganó un premio del tradicinal y difícil “repicáu” llanisco.
Desde crío vivía en Pancar un rapaz nacido en Tresgrandas: Pedro Torre Soberón, ferroviario de toda la vida, que llegaría a ser el jefe de la estación de Llanes. Pedro y Ramona se hicieron novios desde bien jóvenes. Se casaron en 1950, en la iglesia de San Patricio, y formaron una gran familia.
Tuvieron cinco hijos: Ana Gloria (nació pesando sólo 800 gramos, pero Ramona, poco a poco, consiguió sacarla adelante, perfectamente); Pedro Ramón; Loles; Juanjo, que murió a los cuarenta y tres años; y Javier.
Ramona, que enviudó en 2001, está en la Residencia Faustino Sobrino Faustino Sobrino desde el mes de junio de 2020. Anda regular de las piernas, pero da gusto hablar con ella.
Hoy es su santo, pero también su cumpleaños. Noventa y cuatro añinos, llenos de satisfacciones familiares y personales. Tiene diez nietos (Ana Bel y Alfonso, Pedro y Álvaro, Andrés y Mariola, Alba y Cristina, y Laura y Javier), cinco bisnietos (Alejandra y Nora, y Candela, Daniela y Lía) y mucha ilusión y salud para seguir andando el camino.

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