Mis personajes favoritos (Nº 261).
Luisi pertenece a ese género de maestras de escuela que saben combinar de una manera natural, vocacionalmente, la rectitud (la autoridad, digamos) con la cercanía y el cariño. Nunca le costó hacerse querer.
Tras estudiar la carrera de Magisterio en Oviedo, estaría de maestra interina en Niembro; luego, en Trabada (Villayón), en Gijón, en Nueva y en el Don Orione de Posada, al tiempo que preparaba las oposiciones, que aprobó en 1984. Durante un tiempo estuvo de maestra en Ribadesella, hasta que se incorporó, definitivamente, al Colegio Público Peña Tú de Llanes. Toda una vida dedicada a la enseñanza.
En 1975 se casó en la iglesia de San Julián y Santa Basilisa de Porrúa con Víctor Pardo Cortina, mestro de Sales (Colunga) que estaba destinado en Parres. El matrimonio tiene dos hijos: Víctor, que es ingeniero industrial en la rama electrónica, y Covadonga, que estudio Ciencias Físicas y trabaja en lo suyo en Londres. Víctor y su pareja, la gijonesa Graciela Sordo, tienen ya, a su vez, un crío y una cría: Alejandro y Daniela.
Luisi pertenece a ese género de maestras de escuela que saben combinar de una manera natural, vocacionalmente, la rectitud (la autoridad, digamos) con la cercanía y el cariño. Nunca le costó hacerse querer.
Nació en Porrúa (1954) y tiene una hermana, Juani, más joven que ella. Sus padres, Pedro Sánchez Romano y Amalia Piñera Sánchez, muy buenas personas los dos, tenían en Porrúa el negocio “El Cuatro”, bar-tienda y estanco, que fue el primer sitio de allí en el que se instaló un aparato de televisión. Se llamaba “El Cuatro” en recuerdo de un comercio que había fundado en México el güelu paternu de Luisi, Juan Manuel Sánchez Sordo, en el número 4 de una calle sin determinar de Veracruz. El bar-tienda de Porrúa lo había llevado primero la güela paterna de Luisi, Manuela Romano, viuda de Juan Manuel Sánchez Sordo, hasta que emigró a Venezuela, donde falleció. Al emigrar Manuela fue cuando Pedro y Amalia se ocuparon del establecimiento.
De cría, en la escuela de Porrúa, Luisi fue alumna de doña Josefina, una buena maestra de Santander, “de las de antes”; después, pasaría al Instituto, al que se desplazaba (ella y otros jóvenes porruanos) en bici. Agarraban alguna mojadura, claro, pero lo pasaban muy bien y hacían paradas en Pancar. Después de pasar seis años interna en el colegio del Santo Ángel de Oviedo volvería al Instituto a cursar el COU. Iba en mobylette, y entre los compañeros de clase estaban José Antonio Pintado, Javier Menéndez (“Cháveru”) y José Fernández (el de La Bodeguilla). Tras estudiar la carrera de Magisterio en Oviedo, estaría de maestra interina en Niembro; luego, en Trabada (Villayón), en Gijón, en Nueva y en el Don Orione de Posada, al tiempo que preparaba las oposiciones, que aprobó en 1984. Durante un tiempo estuvo de maestra en Ribadesella, hasta que se incorporó, definitivamente, al Colegio Público Peña Tú de Llanes. Toda una vida dedicada a la enseñanza.
En 1975 se casó en la iglesia de San Julián y Santa Basilisa de Porrúa con Víctor Pardo Cortina, mestro de Sales (Colunga) que estaba destinado en Parres. El matrimonio tiene dos hijos: Víctor, que es ingeniero industrial en la rama electrónica, y Covadonga, que estudio Ciencias Físicas y trabaja en lo suyo en Londres. Víctor y su pareja, la gijonesa Graciela Sordo, tienen ya, a su vez, un crío y una cría: Alejandro y Daniela.
Luisi está felizmente jubilada desde 2016.
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