lunes, 11 de marzo de 2019

PAZ DÍAZ DE ESPADA BUESA, UN' ARTISTA VITORIANA EN POO


Mis personajes favoritos (Nº 228).

Paz había nacido en Vitoria, en 1931, hija de Trinidad Buesa Buesa y de José María Díaz de Espada Partearroyo, un topógrafo curtido en la vieja coherencia republicana. Era prima de Fernando Buesa Blanco, el político socialista asesinado por la banda terrorista ETA en 2000.
En su juventud, había vivido en Madrid, donde cursó estudios de Enfermería, por un lado, y de Pintura, por otro, en el estudio-taller del pintor Julio Quesada, situado en el Paseo de San Antonio de la Florida.
Un día, trabajando ya de enfermera, conocería en el quirófano al que habría de ser su marido, Manuel Oliver Garrido. Paz estaba haciendo, de aquélla, prácticas en una clínica madrileña de un tío suyo, y el director de la misma era el joven doctor Oliver, médico, pero también cineasta.
Se casaron en 1954. El viaje de bodas lo hicieron por el Principado de Asturias, y la parada clave fue Llanes. Se alojaron en la fonda de Otilia Sordo, en San Anton, en la imponente mansión que durante el primer tercio del siglo XX había sido el hogar último del Conde de la Bedoyère, a pocos metros del Faro y de la Tijerina. A partir de ahí, Llanes, el lugar en el que fueron tan felices, se convirtió para ellos en la Arcadia irrenunciable.
Compraron una parcela en Poo, con idea de construir allí una casa, y Poo se convirtió para la pareja y para sus hijos en un territorio soñado y hecho realidad.
Paz, que formaba parte de la Agrupación de Acuarelistas Vascos, desarrolló una notable carrera como artista plástica. Obtuvo el Primer Premio del Salón de Otoño de Madrid y tiene obra en buenas colecciones particulares de España y de América. Estaba muy reconocida dentro y fuera del País Vasco. En el verano de 2012 hizo una gran exposición antológica en la Casa Cultura de Llanes.
Ya enviudada, se le manifestó una grave dolencia, que supo llevar con aplomo y resignación, bien arropada por sus tres hijos, José Manuel, Javier y Mamen. Era muy activa, y tardó en dejar de participar como alumna en los cursos estivales especializados de la University of Maryland, que dirige el profesor José María Naharro-Calderón y versan sobre la memoria histórica y el exilio de 1939, y que tanto le interesaban a ella, año tras año.
Vivía con su hijo soltero, Javier, e intentaba sobrellevar la pena por el prematuro fallecimiento de su hija Mamen, ocurrido en 2018. Tenía noventa años, dos nietos (Julen y Aitor, hijos de José Manuel, casado con Amelia Ortiz de Zárate) y muchas ganas de seguir pintando óleos y acuarelas y de saborear serenamente las perspectivas que se abren entre el Cuera y la mar. Paz murió el pasado lunes, 2 de agosto, tras acabar con ella la larga enfermedad que arrastraba.

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