martes, 3 de enero de 2017

CARLOS FRANCISCO GONZÁLEZ SORDO, DEJANDO HUELLA NEL VALLE OSCURU


Mis personajes favoritos (Nº 184).

De críu, a Carlos (La Borbolla, 1960) i-llamaba muchu l’ atención un juracu que tenía’ l su padre en la barriga, resultáu d’ un balazu que i-metieron en la Guerra. Casimiro González, que así se llamaba el progenitor de Carlos, era ganaderu y jiyu de Francisco González, unu de Rozagás. La su mujer, Josefa Sordo, era, a su vez, jiya d’ Ángel Sordo, había marcháu a Méjico durante un tiempo, y allí i-tocó lo de Pancho Villa.
Casimiro y Josefa tuvieron tres hijos: Miguel Ángel, que falleció a los 13 años, en 1963, Marisa, que anda por Madrí, y Carlos.
Esti singular poblador del Valle Oscuru estuvo muy ligáu desde tierna edá al renombráu Sabas Guerra Laso. Pa Carlos, Sabas era lo máximu y siempre i-tuvo profunda admiración. Sabas llevaba a Carlos a cazar y a enseña-i las cuevas, los bosques y los ríos suterráneos. Sabas tenía un camión, con el que hacía portes pa toos laos, y dejaba a Carlos alguna vez ponese al volante.
A los 13 años, el jiyu pequeñu de Casimiro y Josefa empezó a trabajar, porque no i-gustaba estudiar. Pasó un añu en Getafe, de camareru. El bar taba debaju’ l Cerru Los Ángeles, y el patrón llevaba también la cantina de la cercana base aérea. Los militares lu bajaban en coche cuando lu veían ir andando por la cuneta. Alguno d’ ellos había estáu en el campu d’ aviación de Llanes, en la Escuela de Vuelu Sin Motor, y le preguntaban por cosas y gentes d’ aquí.
Después d’ esa etapa, Carlos volvió pa casa y trabajó con las vacas hasta 1990, que fue cuando empezó de repartidor de pan de la panadería que está frente a la basílica. Trabajaba como autónomu y llevaba su propiu vehículu. Así hasta el 2007.
Luego estuvo otros dos años en la gasolinera de San Roque del Acebal, y ahora reparte bebidas del almacén de Juan Carlos Martínez, el de Pie de la Sierra.
El currículu de Carlos tien también tintes políticos. En 1981, cuando lo del 23-F, era él el secretariu de las Juventudes Comunistas nel Concejo de Llanes y pasó algo de miedu. Confiesa que aquel día i-cayó bien el Rey Juan Carlos, tras velu aparecer en la pequeña pantalla. “Aquel día era monárquicu”, diz.
 Luego fue cuatro años alcalde de La Borbolla, de 1987 a 1991, y a continuación, por otros cinco años, concejal del PSOE.
Con Sabas y en el camión d’ esti jizo transportes muy importantes pa la Casa Cultura. Entre otros, traer de Madrí la biblioteca del general Manuel Díez Alegría y llevar (y recogela luego) a Camargo una exposición del fotoperiodista Jean Jacques Lévy, a Oviedo otra del pintor César G. Pola, y a La Cistérniga, Valladolid, otra de Cándido García (1869-1925), el principal fotógrafo de Llanes (Cándido había nacidu en esa localidá vallisoletana).
Carlos tien una buena jiya, Aymara, que está estudiando Filología en la Universidá de Salamanca y que é pa él lo más importante de todo.

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