Mis personajes favoritos (Nº 154).
Nati (Quintana, 1957) tien un hermanu mayor qu’ ella (Enrique) y una hermana melliza (Marisol). Al su padre, Manuel Díaz Sánchez, labrador y ganaderu de Quintana, i-llamaban “Manolo el Marqués”, un sobrenombre heredáu del su güelu, que cuando vino de la tejera trajo un reló d’ oru, 40 duros y un burru, y la gente empezó a decir: “¡Mira-i, el marqués!”
La madre de Nati, Isolina Lamas Vicente, é de Las Presillas, d’ al láu de Torrelavega, y de soltera vivía nel Altu de la Montaña. Bajaba en bici a la capital del Besaya p' aprender a coser, y de regresu a casa, cuesta arriba, los camioneros a menudu i-ofrecían agarrase al camión pa jacele l’ ascensu más llevaderu, remolcándola.
Manolo el Marqués e Isolina se habían conocidu en Torrelavega porque él iba muchu a las ferias de por allí.
Su jiya Nati, que había aprendidu a escribir a máquina en el colegiu de las monjas de Balmori, trabaja en el Ayuntamientu desde jaz más de tres décadas (el próximu septiembre cumplirá 34 años en la Administración local). Había empezáu contratada por un mes (ella y otras rapazas) pa jacer la renovación del censu, yendo por los pueblos, casa por casa. Luego sacaría una plaza eventual pa continuar aquella labor, y un pocu más tarde la destinarían al departamentu d’ Obras, onde taba l’ aparejador Ignacio Balmori (Zazo), pa poner en orden montones d’ expedientes. El alcalde d’ entonces era José Enrique Rozas Guijarro.
Así estuvo Nati unos años, con contratos temporales, hasta que finalmente logró sacar la plaza d’ auxiliar administrativu. Desempeñó su tarea en Obras, Secretaría, Registru, y ahora, en Patrimoniu y Sanciones.
Buena compañera, servicial y trabajadora, é la primera mujer en toda la historia de Llanes qu’ entró a trabajar nel Consistoriu.
La madre de Nati, Isolina Lamas Vicente, é de Las Presillas, d’ al láu de Torrelavega, y de soltera vivía nel Altu de la Montaña. Bajaba en bici a la capital del Besaya p' aprender a coser, y de regresu a casa, cuesta arriba, los camioneros a menudu i-ofrecían agarrase al camión pa jacele l’ ascensu más llevaderu, remolcándola.
Manolo el Marqués e Isolina se habían conocidu en Torrelavega porque él iba muchu a las ferias de por allí.
Su jiya Nati, que había aprendidu a escribir a máquina en el colegiu de las monjas de Balmori, trabaja en el Ayuntamientu desde jaz más de tres décadas (el próximu septiembre cumplirá 34 años en la Administración local). Había empezáu contratada por un mes (ella y otras rapazas) pa jacer la renovación del censu, yendo por los pueblos, casa por casa. Luego sacaría una plaza eventual pa continuar aquella labor, y un pocu más tarde la destinarían al departamentu d’ Obras, onde taba l’ aparejador Ignacio Balmori (Zazo), pa poner en orden montones d’ expedientes. El alcalde d’ entonces era José Enrique Rozas Guijarro.
Así estuvo Nati unos años, con contratos temporales, hasta que finalmente logró sacar la plaza d’ auxiliar administrativu. Desempeñó su tarea en Obras, Secretaría, Registru, y ahora, en Patrimoniu y Sanciones.
Buena compañera, servicial y trabajadora, é la primera mujer en toda la historia de Llanes qu’ entró a trabajar nel Consistoriu.
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