Mis personajes favoritos (Nº 140).
Casto, que siempre quier pasar desapercibidu, tien 4 jiyos: Sofía, Francisco, Antonio y María; y 4 nietos: 2 de Sofía (Juan y Sofía) y otros 2 de Francisco (Claudia y Diego); razones de sobra pa da-i gracias a Dios, aunque ya jaz tiempu que se-i-murió su esposa, Maribel Menéndez Ibáñez, de la familia de la confitería Auseva.
Su historia tien muchu que ver con Méjico, aonde había emigráu en 1898 el su padre, Casto Llaca Piñera, de Lledías, cuando tenía 12 años. Aquel rapaz, que había idu reclamáu por un tíu que tenía un almacén d’ abarrotes, vivió allí una epopeya. Baste decir que en el puertu de Veracruz esperó días y noches, solu ante’ l peligru, a que alguien lu viniese a buscar; traía las perras guardadas en el puñu cerráu (las apretaba con tanta fuerza que se i-quedaron pa siempre marcas en la mano). Pero nadie apareció. Menos mal que gente bondadosa lu ayudó a llegar al DF, a la dirección que traía memorizada. Fue en la propia tienda d’ abarrotes onde s’ enteró de que’ l tíu había muertu. I-dieron trabaju allí mismu al momentu y se labró un porvenir. Tardó 32 años en volver a poner los pies en España. Vino a buscar esposa y se casó con Sofía Díaz de la Vega, de La Pesa de Pría. Tuvieron un únicu jiyu, Casto, nacidu en Méjico en 1933, y cuando el críu cumplió 3 años, la pareja lu trajo a que lu conocieran los güelos. Era’ l principiu del veranu de 1936… La Guerra estalló en plena travesía. Permanecieron en Llanes hasta diciembre de 1937, en que pudieron salir d’ estrangis y llegar por mar a Francia desde Bilbao, pero a causa de las penalidades del viaje Sofía caería enferma. En Le Havre cogieron por los pelos un buque alemán, y al pocu de llegar a Méjico ella murió.
En 1940 el padre decide establecese aquí con el jiyu, que esi mismu añu aistirá a la escuela en La Pesa mientras él se deshaz de los negocios que tenía en ultramar. Luego alquilan un pisu en Gijón, onde Casto cursará’ l bachilleratu (era una de las plantas del primer rascacielos d’ Asturias, proyectáu en la plaza de San Miguel por l’ arquitectu municipal de Llanes Joaquín Ortiz); y después, ya en la capital d’ España, Casto hará la carrera d’ Económicas y tendrá de profesores a Valentín Andrés Álvarez, José Luis Sampedro, Manuel Fraga, Alberto Ullastres y Enrique Fuentes Quintana. Pa entonces, se había jechu noviu de su Maribel del alma, con la que se casaría en 1962. Toda su vida profesional la pasó en Madrí (en el Ministeriu d’ Industria y en Sindicatos).
Su historia tien muchu que ver con Méjico, aonde había emigráu en 1898 el su padre, Casto Llaca Piñera, de Lledías, cuando tenía 12 años. Aquel rapaz, que había idu reclamáu por un tíu que tenía un almacén d’ abarrotes, vivió allí una epopeya. Baste decir que en el puertu de Veracruz esperó días y noches, solu ante’ l peligru, a que alguien lu viniese a buscar; traía las perras guardadas en el puñu cerráu (las apretaba con tanta fuerza que se i-quedaron pa siempre marcas en la mano). Pero nadie apareció. Menos mal que gente bondadosa lu ayudó a llegar al DF, a la dirección que traía memorizada. Fue en la propia tienda d’ abarrotes onde s’ enteró de que’ l tíu había muertu. I-dieron trabaju allí mismu al momentu y se labró un porvenir. Tardó 32 años en volver a poner los pies en España. Vino a buscar esposa y se casó con Sofía Díaz de la Vega, de La Pesa de Pría. Tuvieron un únicu jiyu, Casto, nacidu en Méjico en 1933, y cuando el críu cumplió 3 años, la pareja lu trajo a que lu conocieran los güelos. Era’ l principiu del veranu de 1936… La Guerra estalló en plena travesía. Permanecieron en Llanes hasta diciembre de 1937, en que pudieron salir d’ estrangis y llegar por mar a Francia desde Bilbao, pero a causa de las penalidades del viaje Sofía caería enferma. En Le Havre cogieron por los pelos un buque alemán, y al pocu de llegar a Méjico ella murió.
En 1940 el padre decide establecese aquí con el jiyu, que esi mismu añu aistirá a la escuela en La Pesa mientras él se deshaz de los negocios que tenía en ultramar. Luego alquilan un pisu en Gijón, onde Casto cursará’ l bachilleratu (era una de las plantas del primer rascacielos d’ Asturias, proyectáu en la plaza de San Miguel por l’ arquitectu municipal de Llanes Joaquín Ortiz); y después, ya en la capital d’ España, Casto hará la carrera d’ Económicas y tendrá de profesores a Valentín Andrés Álvarez, José Luis Sampedro, Manuel Fraga, Alberto Ullastres y Enrique Fuentes Quintana. Pa entonces, se había jechu noviu de su Maribel del alma, con la que se casaría en 1962. Toda su vida profesional la pasó en Madrí (en el Ministeriu d’ Industria y en Sindicatos).
3 comentarios:
Yo fui amiga de Casto y me gustaría tener noticias de él.me llamo Covadonga de la Vega (nena)
lanenavega35@gmail.com
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