Mis personajes favoritos (nº 219).
Las monjas se nos van, y con su marcha se cierra’ l capítulu de más humanidá y de mayor entrega y solidaridá hacia los necesitaos que ha vividu Llanes en toda su historia. Dejan aquí 134 años de trabaju deseinteresáu y eficaz. Una huella imborrable. Al igual que sor Carmen García Seara, la diretora, y que sor Conce Fernández Monje, ahí tenemos también a sor Carmen Franco, la otra monjina del Asilo (Residencia benéfica Faustino Sobrino), con la maleta, a puntu ya pa partir. É de Bustillo del Páramo, León, onde nació en 1939. De Bustillo eran los sus padres, Andrés (que repicaba las campanas pa la misa en la iglesia del pueblu) y Sara, labradores y cristianos practicantes los dos.
Carmen tien tres hermanos: Nemesio, asistente social en Alemania; Luis, dedicáu a la labranza, y Rosario, religiosa franciscana también. Ella é la segunda.
I-gustaba divertise, como a cualquier moza, y tuvo pretendientes, claru, pero lo que i-llamaba de verdá era metese monja. Entró nel conventu después que su hermana Rosario, y esti pasu lu llevó muy mal el güelu paternu, que clamó: “Me robáis a mi nieta”.
Muy feliz desde’ l principiu (igual que ahora), a los 17 años ingresó nel colegiu de la Divina Pastora de León. La destinaron luego al colegiu d’ Arenas de San Pedro (Ávila), p’ ayudar a una profesora con las crías, al tiempu que s’ ocupaba d’ otras tareas nel internáu. Allí coincidió con su tocaya sor Carmen García Seara, la que habría de ser designada diretora del Asilo de Llanes. Después, al colegiu d’ Andújar (Jaén), con las alumnas de l’ escuela-hogar, jiyas de criaos de señoritos. Familias humildes.
Volvería a Arenas de San Pedro, al mismu colegiu, y en 2010 i-tocaría incorporase al Colegiu de la Divina Pastora de Llanes. Al añu siguiente, pasó ya a la Residencia benéfica Faustino Sobrino.
Al principiu, i-costó un pocu adaptase. Daba-i la comida a los asistidos y les jacía compañía, visitaba a los enfermos en sus casas y participaba en la catequesis en la parroquia. Discreta siempre, silenciosa… Simplemente, coherente con la su fe. Hoy, que se tien que ir, pué decise que é una llanisca más. Ella y sus dos compañeras forman parte ya de la mejor memoria histórica de Llanes.
Carmen tien tres hermanos: Nemesio, asistente social en Alemania; Luis, dedicáu a la labranza, y Rosario, religiosa franciscana también. Ella é la segunda.
I-gustaba divertise, como a cualquier moza, y tuvo pretendientes, claru, pero lo que i-llamaba de verdá era metese monja. Entró nel conventu después que su hermana Rosario, y esti pasu lu llevó muy mal el güelu paternu, que clamó: “Me robáis a mi nieta”.
Muy feliz desde’ l principiu (igual que ahora), a los 17 años ingresó nel colegiu de la Divina Pastora de León. La destinaron luego al colegiu d’ Arenas de San Pedro (Ávila), p’ ayudar a una profesora con las crías, al tiempu que s’ ocupaba d’ otras tareas nel internáu. Allí coincidió con su tocaya sor Carmen García Seara, la que habría de ser designada diretora del Asilo de Llanes. Después, al colegiu d’ Andújar (Jaén), con las alumnas de l’ escuela-hogar, jiyas de criaos de señoritos. Familias humildes.
Volvería a Arenas de San Pedro, al mismu colegiu, y en 2010 i-tocaría incorporase al Colegiu de la Divina Pastora de Llanes. Al añu siguiente, pasó ya a la Residencia benéfica Faustino Sobrino.
Al principiu, i-costó un pocu adaptase. Daba-i la comida a los asistidos y les jacía compañía, visitaba a los enfermos en sus casas y participaba en la catequesis en la parroquia. Discreta siempre, silenciosa… Simplemente, coherente con la su fe. Hoy, que se tien que ir, pué decise que é una llanisca más. Ella y sus dos compañeras forman parte ya de la mejor memoria histórica de Llanes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario