Mis personajes favoritos (Nº 294).
El temple de Manolo como taxista recuerda un poco el de los conductores de Mento y del ALSA. Serio y comedido. Afable y cordial, pero siempre con los cinco sentidos puestos en la carretera, sin dar la menor opción a los despistes. Inspira total confianza.
Nació en Porrúa en 1958, hijo de Simón Meré Sordo y de Mercedes Díaz Llaca, naturales de Porrúa y Balmori, respectivamente. Es el tercero de tres hermanos (Ramón, ya fallecido, José Luis y él).
Fue a la escuela en Porrúa. Lo justo. El primer maestro que tuvo fue don José Prado, que vivía en el propio edificio escolar. Nada más terminar los estudios primarios, Manolo tuvo que empezar a trabajar, ayudando a sus padres en las tareas agrícolas y con el ganado.
Hizo la mili en la Marina. Anduvo por El Ferrol y por San Fernando (Cádiz), y fue miembro de la tripulación de la fragata “Vicente Yáñez Pinzón”, con base en el puerto ferrolano.
Tras licenciarse del servicio militar, emigraría en 1981 a Suiza, donde estaba ya abriéndose camino su hermano José Luis. Pasó en Aarau (capital del cantón de Argovia) ocho temporadas, de marzo a diciembre, trabajando, primero, en la construcción, y luego en una fábrica de pequeños motores.
Al regresar, adquirió en 1988 la plaza de taxi, y hasta ahora. Treinta y tres años de taxista. Siempre al pie del cañón. Alguna vez, le tocó hacer viajes incluso a Francia y Portugal, o llevar a celebridades del mundo de la política y de la intelectualidad (participantes en cursos de verano de la Casa Municipal de Cultura de Llanes) y a populares actores y actrices que formaban parte del reparto de películas rodadas aquí.
Manolo está casado con Belén Manzano de la Roz, de Cue. El matrimonio, que vive en la villa, tiene una hija: Mercedes.
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