Páginas

domingo, 3 de febrero de 2019

ÁNGEL SAMUEL BATALLA GÓMEZ: HISTORIAS DEL BARRIU


Mis personajes favoritos (Nº 196).

A Ángel ya i-tenía yo jecha la foto pa sacalu entre MIS PERSONAJES FAVORITOS (se la jici nel “Rocamar” a mediaos de diciembre, y n' ella paez que tá como yéndose, con el mi hermanu Juan Pedro sentáu detrás), pero su repentina muerte impidió que nos viéramos un día pa charlar y recordar lo muchu que tenía vividu. (Esa foto la publicamos en LA NUEVA ESPAÑA el día de su entierru).
Ángel había nacidu nel Barriu en 1934. Sus padres eran Ángel Batalla Bustillo, “Chaval”, marineru y barrenderu, de la familia de los Raposos, y Rosario Gómez García, “la Chavala”, de Meré, que trabajaba en la SADI.
El territoriu de la su infancia taba constituidu por un conjuntu de casinas en derredor del vieju cuartel de la Guardia Civil (el primeru, inauguráu en 1877; no el posterior cuartel de San Antón), enfrente de la casa de Pedro “el Sordu”. Vecinos d' ellos eran, entre otros muchos, las familias de los Camarás, de la Peca, de Ciana Cabanzo, de la Redonda, de la Chula, de la Corita …, que compartían alegría y camaradería, pese a las carencias. Cada 8 de septiembre, fecha grande de la Guía, alquilaban la gramola de la Bolera Cubierta y armaban fiesta por su cuenta.
La mar siempre taba ahí, pa lo buenu y pa lo malu. De rapaces, algunas veces, él y el Belga iban bogando hasta el Castru Ballota a coger güevos de gaviota, y algunos domingos, cuando conseguían perras pa la entrada (las pedían a la gente que pasaba por allí), tenían el Teatro Benavente pa soñar en la sesión de las 16:45, p’ asomase desde el gallineru a un mundu d’ ilusiones y d’ emociones, de vaqueros y espadachines, que compensaba un pocu la dura realidá de la vida. En el Puente, puerta d’ accesu a aquel paraíso, Lisardo vendía castañas asadas metidu en una máquina locomotora como de juguete.
Su primer trabaju fue de panaderu, en la panadería de Regino Muñiz, frente a la iglesia. Después, emigró a Francia, a vendimiar por la parte de Burdeos, y llevó con él a su hermanu Félix. D’ ahí i-saldría enrolase en un barcu mercante, con el que navegó varios años por tóu’ l mundu.
No paraba. Siempre supo defendese.
El siguiente pasu, ya de vuelta a Llanes, fue comprar una lancha, la “Monterrey”, con la que salía a la mar en compañía de Félix. Y, un tiempu después, compró un camión, se asoció a Agustín (Tinín) Díaz Menéndez y se dedicó al transporte de mercancías.
Casáu con Blanca Rosa Sainz de Baranda, de Pancar (él, de la Virgen de Guía; ella, del Bandu de San Roque), tenía de concuñu a Tonino Fuentecilla, que taba, a su vez, casáu con Ana Mari Sainz de Baranda, hermana de Blanca, y ambos compraron en 1972 el Bodegón, en la Calle Mayor. Esti conocidu establecimientu, que habían tenidu Culetu y Luisa, lo había cogidu Lorenzo Batalla, primu d’ Ángel y jiyu de Ricardo Batalla (“Manzano”, el que había sidu comisariu político del Frente Popular en plena guerra), que lu tuvo un añu, más o menos. A él fue al que compraron el chigre los dos concuños.
Llevando ya’ l Bodegón, Ángel y Tonino adquirirían una lanchuca, tipo canoa, bautizada por ellos como “La tortuga perezosa”, en la que iban a percebes y calamares.
En el Bodegón se fundaría en 2003 la Peña llanisca del Atlético de Madrid, presidida por el propiu Tonino, colchoneru hasta la médula, que había sidu taxista en los Madriles cuando Pepe Blanco cantaba en todas las emisoras de radio lo del “Cocidito madrileño”.
De carácter fuerte y valiente, con muchu prontu, a Ángel, una vez, se i-fue sin pagar una pandilla de chavales forasteros. Salió tras ellos como un tiru y los encontró en La Calzada. Hubo un forcejeu, y unu de los elementos i-asestó a Ángel seis puñaladas. Estuvo a puntu de morir.
Lo peor de todo, n’ obstante, fue la muerte de su única jiya, Blanca Rosa Batalla Sainz de Baranda, que perdió la vida n’ un accidente de tráficu ocurridu en 1991…
Ángel nos dejó pa siempre l’ otru día, pero nos queda’ l recuerdu imborrable de lo buen paisano que fue, de la su honradez, de la su valentía, de la representatividá qu’ encarnó d’ aquel Llanes auténticu que tuvimos l’ honor de vivir, en parte, al mismu tiempu qu’ él.
Que Dios lu tenga en la Gloria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario